El azabache, el tesoro asturiano:
El azabache es una rareza geológica; un carbón anómalo formado a partir de troncos de araucariáceas y protopináceas, árboles ya extintos, de época Jurásica (de 180 a 165 millones de años), fosilizados bajo unas condiciones muy concretas, dando lugar a una Gema rara y escasa.
Según los estudios paleobotánicos, es leño fósil, diferencia importante con otros carbones, que son formados por restos fósiles de cualquier tipo de vegetal incluyendo raíces, hojas, cortezas… incluso algas y esporas.
Según los estudios geológicos, petrográficos y químicos, es un carbón perhidrogenado y por ello, un carbón "anómalo" dentro del rango de los bituminosos, que ha sufrido un metamorfismo por inyección de fluidos.
Sus condiciones especiales de fosilización, hacen del azabache un material noble y estable en el tiempo, a diferencia del lignito, con el que se asocia tradicionalmente de manera errónea. El lignito, es un carbón de bajo rango, muy abundante, que presenta un aspecto similar pero con una composición química muy diferente, que le ocasiona una clara degradación con el paso del tiempo (material inestable).
Desde el Paleolítico ya tenemos evidencias de que era un material muy apreciado, siendo las piezas más antiguas de las cuales se tiene conocimiento, las cuentas encontradas en Oviedo, en la cueva de Las Caldas (San Juan de Priorio), en un estrato perteneciente al Solutrense Superior (hace unos 19000 años) y Magdaleniense Medio y Superior; también en Tito Bustillo, Magdaleniense Medio (hace unos 15000 años).
Posteriormente se han encontrado muchos vestigios de azabache en excavaciones arqueológicas de toda la península, apareciendo fundamentalmente en contextos funerarios, en túmulos y bajo dólmenes; datos que vienen a confirmar que era una posesión de mucho valor, a la que atribuían un innegable carácter protector, tal vez para ayudar al difunto en la transición, o como marca de estatus social. Sabemos por los diferentes hallazgos, que las piezas elaboradas con azabache fueron muy apreciadas por Egipcios, Fenicios, Etruscos, Romanos y Vikingos.
El S. XVI, época de Carlos V, fue la edad dorada de la azabachería en el norte de España, canalizando producción y comercio hacia la religión a través de su vinculación con el Camino de Santiago, siendo la Higa, Cigua o Figa, el amuleto más popular y que ha llegado hasta nuestros días.
Imitaciones:
Hoy en día, nos encontramos con gran variedad de materiales que se usan como imitación y se venden como auténtico azabache, cuando en realidad no tiene nada que ver:
1. Vidrio negro (ónix artificial)
Características: Se utiliza vidrio teñido de negro para imitar el azabache. A menudo es más pesado que el azabache natural y carece de su textura característica. Cómo identificarlo: El vidrio negro es más brillante y tiene un tacto más frío que el azabache. También muestra burbujas internas si se examina con lupa.
2. Plástico negro
Características: Una imitación económica hecha de plástico o resinas sintéticas. Cómo identificarlo: Es más ligero que el azabache natural y tiene un tacto cálido. Además, si se frota o calienta, puede emitir un olor químico.
3. Baquelita o ebonita
Características: Estos materiales se utilizaban en el pasado como sustitutos del azabache. Tienen un aspecto negro mate o brillante, dependiendo del acabado. Cómo identificarlo: Al calentarlos o frotarlos, pueden desprender un olor característico a plástico antiguo o goma quemada.
4. Ónix negro natural
Características: Aunque es una piedra natural, el ónix negro a veces se vende como azabache debido a su color. Sin embargo, no es orgánico. Cómo identificarlo: El ónix negro es más duro y frío al tacto que el azabache. Además, no muestra las vetas características que a veces presenta el azabache.
5. Resina epoxi teñida
Características: Muy utilizada en joyería moderna, la resina epoxi puede imitar el color y el brillo del azabache. Cómo identificarlo: Es más ligera y menos porosa que el azabache. Si se raya, puede revelar un interior diferente al color negro superficial.
Cómo diferenciarlo:
Aunque el rastro que deja en papel de lija puede diferenciar al azabache de otros materiales, no lo diferencia de todos. Se puede diferenciar a simple vista de otros materiales ya que, el azabache no craquela ni se agrieta con la fricción.
El azabache tiene una interesante propiedad triboeléctrica, que lo distingue de muchas de sus imitaciones. Cuando se frota vigorosamente con un paño, como lana o seda, genera una carga eléctrica estática capaz de atraer pequeños objetos ligeros, como pelos o trozos de papel.
Al tener cerradas todas las minas de azabache, surgen estos materiales más baratos y fáciles de conseguir, que perjudican el mercado y el trabajo de los azabacheros, y por esto, en la Asociación Azabache Jurásico de Villaviciosa, luchamos para conseguir demostrar científicamente sus diferencias para poder tener una denominación de origen y que no haya engaños.
En el siguiente enlace, tienes esta información mucho más detallada: